A través de la experiencia de observar las respuestas de los caballos a nuestras peticiones, podemos aprender a comunicarnos más eficientemente, a afrontar nuestros miedos, a conocernos, a liderar, a empatizar, y a ser más congruente y consistente en nuestras acciones.
Los participantes de las jornadas analizarán los efectos de su comportamiento, observaremos incongruencias entre apariencia e intencionalidad, detectaremos habilidades, carencias, miedos y lo que es más importante, trabajaremos conjuntamente para analizar y mejorar aquellos aspectos de nuestra personalidad que consideremos más débiles.
El caballo te obliga a empatizar, tendrás que adaptar tu comportamiento si quieres conseguir un cambio en el otro.